Noches

Veo mi sombra en la vereda que transito a toda la velocidad que toleran mis piernas. Se confunde con la de los árboles y la del poste de luz que pocas veces está encendido. Hoy son las once pero en otras ocasiones las nueve o más temprano. A esas sombras y a la opacidad de la noche las culpo del estremecimiento que se arraigó en mi cuerpo. Con una de mis manos, extiendo la tela de la campera hasta donde resiste y sufro, invisiblemente, algo parecido a un pinchazo en la planta de los pies. La otra mano sujeta con firmeza la llave de mi casa y de mi desahogo. Cuando abra la puerta, que conozco de memoria, y llame a casa para avisar que llegué, voy a dejar en la calle la sensación de que me persiguen, de la misma forma en que lo hacen desde que tuve que empezar a caminar sola. Un chico desde su moto me grita “hermosa” sin saber que es su voz la que me asusta y me hace apresurarme más aunque sé que luego dolerá mucho. En las últimas cuadras, se acrecientan ruidos para mí indescriptibles, como provenientes de otro lugar. Miro, casi con angustia, las persianas cerradas de los comercios y la calle intransitada, hasta que se aproxima un chico en bicicleta y con él, el susto. Antes pasaron otros, de diferentes edades, solos o en grupos, y sé que seguirán pasando. No me detengo en ningún momento ni levanto la cabeza. Disculpe, señor, por no mirarlo a los ojos y hacerme chiquita frente a los suyos, por hacer lo posible por pasar lejos de usted y saltando varias baldosas a la vez. Quizás (ojalá) va a esperar a su hija o a visitar a alguien. Pero ahora no estoy pensando en eso. Pienso en el miedo, la exposición, la inseguridad. Pienso si seré la próxima.

Romina Albanesi




Comentarios

  1. Anónimo4.12.17

    Me dio miedo pero me encanto

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  2. Tan triste pero real. Sos la mejorrrrrrr

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  3. Anónimo6.12.17

    Nunca me sentí tan identificada! Gracias por decir lo que a todas nos pasa

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  4. Anónimo8.12.17

    Gracias, Romi!!!!

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  5. Anónimo8.12.17

    Sos inmensaaaa

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  6. Es un espejo de una triste realidad social. Pero tiene un detalle personal que al leerlo quiero protegerla. Y el final es sublime te deja reflexionando sobre el miedo y la inseguridad que sufren ustedes sólo por la condición de ser mujer

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